En este sector, los avances tecnológicos suceden todos los días.
Y las nuevas tecnologías de hoy, en un par de años, obligan a la
industria y reguladores a tomar decisiones sobre los alcances, regulación y
manejo de diversos aspectos de cada nueva tecnología. Con frecuencia, unos años
después, las tecnologías que se regularon de una forma, pasados los años
resulta excesiva o insuficiente.
Hace unos años atrás, hemos visto la aparición, regulación y evolución
de tecnologías como: Internet (y Acceso a Internet), Television por Internet (como
IP-TV, OTT, Streaming, etc.), Aplicaciones de Voz, Video o Texto por Datos (como
Facetime, Skype, Whatsapp, Telegram, etc.)
Pero en muchos casos, cuando se comenta o discute una nueva tecnología,
que a penas inicia, es fácil encontrar una amenaza común: el funcionario con
una confianza ciega en su propio conocimiento.
En fechas recientes, hemos tenido conversaciones, presentaciones o
discuciones, sobre temas como Servicios OTT, Bitcoin (y Blockchain), Big Data,
Inteligencia Artificial, Drones, Redes de Próxima Generación, Redes
Autogestionadas, Computo en nube o distribuido, etc., y en general, los
participantes tienen una sana dosis de dudas. En muchos casos, todos debemos
reconocer, que nadie puede saber con certeza que usos, alcances, oportunidades
o riesgos tienen o surgirán en el desarrollo de cada nueva tecnología,
plataforma o aplicación.
Es normal desconocer los alcances y riesgos de las nuevas tecnologías, y
en ocasiones, en este tipo de temas, las qutoridades deben tomar decisiones,
sin tener información completa, simplemente porque no existe aun. La gran
mayoría de expertos y autoridades reconocen esta limitación natural del trabajo
de los reguladores. Y la gran mayoría, aceptamos esta realidad, en la confianza
de que los reguladores y autoridades tienen una sana claridad de los
desconocidos ineludibles en cada caso.
Pero en algunos casos, es frecuente encontrar esa bestia fantástica, que
es el funcionario, servidor público o asesor, con una fe ciega en su propia
sabiduría.
Ese personaje que sabe, cuando todos aun tratan de entender, y que tiene
total seguridad de que ningún cambio, avance o descubrimiento podría modificar
su opinión, y por lo tanto, no necesitan, ni prevén, la necesidad de corregir
sus acciones o decisiones en el futuro.
Este tipo de personajes son villanos particularmente temibles, porque la
persona que nunca duda, siempre logrará equivocarse. Los humanos somos seres de
errores, y aprendizaje, y para tener siempre la razon, debemos poder reconocer
nuestros errores todos los días.
Especialmente cuando se habla de nuevas tecnologías, sólo una persona
con una confianza suprema podría pensar que tiene toda la información relevante
que existe o puede existir, o pensar que no la necesita para tener una opinión
informada y adecuada.
Especialmente con las nuevas tecnologías, es necesario estar dispuesto a
aceptar nueva información y a ajustar nuestras opiniones y decisiones previas a
la nueva realidad.
De otra forma, cada decisión de la autoridad, sólo logrará sembrar problemas que a futuro harán más compleja su labor, o que dañarán a la industria que deben regular.
Nota.- Esta columna se publicó en Cambio el 11 de Julio de 2016.