Hay un debate en el mundo, y su resultado nos va a afectar a todos. El
FBI (y la CIA, NSA y otros) están tratando de obligar a Apple (y después a
Google, Samsung y otros) a crear formas de permitir a las autoridades acceder a
los teléfonos creados por dichas compañías.
Y las líneas entre grupos son más complejas; del lado del FBI, además
de otras agencias norteamericanas, están las autoridades de México, China,
Rusia, Europa y de otros países. Por supuesto, también quisieran acceder a los
teléfonos, los delincuentes, ladrones, hackers y otro tipo de personas.
Por el lado de las compañías de teléfonos, están algunos grupos de
privacidad, empresas de telefonía, de datos y de aplicaciones (como Telegram),
y otras agencias de gobierno, como el INAI, o incluso los departamentos de
defensa y seguridad nacional (gran ironía).
El debate es más visible en los tribunales, donde autoridades buscan
que los jueces ordenen a Apple y a otras empresas a acceder a los teléfonos que
diseñan; y en las legislaturas, que debaten sobre dar acceso a las autoridades
a tu información, sean llamadas, mensajes, o los datos privados que puedan
estar en tu celular.
El problema de dar acceso, es que siempre abre la posibilidad de que
las personas equivocadas accedan. Ya sea por claves de acceso, registros de
llamadas o scanners de frecuencias, una vez que las autoridades pueden acceder
a algo, más pronto que tarde, los delincuentes también podrán acceder.
Como si fuese una caja fuerte, una vez que hay una clave maestra,
siempre existe la posibilidad de que sea robada, copiada o descifrada.
Y tratándose de tu información, hay mucho dinero en juego, desde
marketing, hasta extorsión, robo, fraude o incluso “secuestro” de tu
información.
En México, frente a la frecuente incapacidad de algunas autoridades
para frenar a la delincuencia, hemos dado muchas nuevas facultades a las
autoridades; y no hemos tenido un debate serio de los riesgos a los ciudadanos
del acceso que tienen las autoridades a nuestra vida privada.
Todos queremos seguridad, pero si una autoridad puede acceder tu
localización, o a dos años de datos de tus llamadas y mensajes, es válido
preguntar si pueden realmente mantener esa información lejos de las personas equivocadas.
Sabemos que la gran mayoría de las autoridades son honestas, y sólo
quieren hacer lo mejor; pero para acceder a la vida privada de alguien, no se
necesitan muchos malos elementos, sólo uno.
Lo que decidan los tribunales que hoy escuchan el caso entre Apple y
el FBI, afectará la seguridad de todos los teléfonos celulares del mundo. Y lo
que decidan las autoridades y los tribunales en México sobre las facultades de
acceso a comunicaciones de los usuarios y sus registros, definirá el grado de
privacidad que tendremos, frente al gobierno y posiblemente a los delincuentes.
Sin importar tu posición en este tema, es esencial tener una
conversación pública al respecto. Porque si no todos los mexicanos somos
honestos, tampoco somos todos delincuentes; y aunque pocos ocultan crímenes,
todos tenemos algún dato, idea, hecho o imagen, que consideramos privados, y
que no queremos publicar al mundo.
La verdad es que
una vez que se abre la Caja Fuerte, todos pueden acceder a ella; y mientras más
llaves haya, mas ojos verán su contenido.
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